Memoria de una discusión en el penal más duro de la dictadura. El debate de un mundo olvidado que explica el presente.
Sobre la historia personal de un histórico del PSUC, Manuel Moreno Mauricio, Enric Juliana nos transmite y trasunta la vida y decisiones del Partido en varios momentos en los que autoridades franquistas o de la transición de nuestro país o los vencedores de la II Guerra Mundial construían alternativas estratégicas que iban a afectar al futuro de España.
Por un lado, hay una pregunta en el libro sobre si, dado que el PCE y sus dirigentes se equivocaron en las respuestas, el sacrificio de tantos militantes, sus luchas y discusiones sirvieron para alterar la marcha de España y si han modificado la dinámica de las relaciones económicas, sociales y culturales proveniente de la dictadura surgida de la victoria de las fuerzas que se alzaron contra la República (de los trabajadores).
Hay otras preguntas en el esqueleto de la narración, sobre si el subjetivismo -explicado como la voluntad de transformación- debe estar subordinado al objetivismo -el estudio de la realidad previendo su desarrollo- o es posible una síntesis de ambos o el segundo paralizar -en el sentido de considerar determinante- la fuerza y el espíritu o la esperanza de que es posible el cambio de la sociedad y su régimen político. Todo esto, además, aderezado con la presencia continua del problema español de cómo afrontar el engarce nacional-identitario de cada cual.
En la cárcel de Burgos en 1962
El autor utiliza continuamente unas regresiones sobre lo que se hizo y podía haberse hecho, lo que se pensaba mayoritariamente y cómo se asume lo rechazado previamente. Los castigos y penalidades u orfandad a los que se apartaban de la mayoría, por diferencias estratégicas o tácticas. La excusa es la discusión entre los Manuel Moreno Mauricio y los Ramón Ormazabal (dirigente que fue del PC de Euskadi) sobre qué hacer para cambiar la situación y derribar a la dictadura. Estamos en diciembre de 1962. En la cárcel de Burgos.
Todo ello, con un estudio de fuentes y documentos que reportan y contrastan los testimonios de muchos de los protagonistas de esos años. Enric Juliana conoció en su juventud el magisterio y carácter de Manuel Moreno Mauricio en su Cataluña natal y ese ha sido el hilo que ha logrado armar este libro lleno de historia y reflexiones y algunos documentos desclasificados que permiten conocer intrahistorias.
Aquí no hemos venido a estudiar narra las encrucijadas históricas que se contemplaban cuando se acabase la II Guerra Mundial, unos con la esperanza en la recuperación de la institucionalidad republicana (y la revolución) y otros oteando la guerra fría. Unos la descomposición al día siguiente del régimen franquista y otros pidiendo una larga marcha ante los cambios generacionales y sociales que se producían. Finalmente, la baraja de la transición y las cartas que cada uno tuvo (o consiguió) y jugó.
El Partido
Juliana describe las respuestas que dieron los protagonistas a las preguntas estratégicas que marcaban los tiempos y el contexto en que se hacían, donde el influjo moral y ético muchas veces estaban por encima de la racionalidad que impulsaba a un voluntarismo heroico. También a algunos atropellos y a generar víctimas.
En todo caso, nos pone en relación con toda una serie de personas y generaciones que saben que su fuerza es la unidad y la determinación, la organización como sujeto político, el Partido frente a los poderes económicos y fácticos. El Partido de la clase obrera disputando a gobiernos, poderes económicos y culturales, el reparto, la distribución y producción económica.
No es que no hubiera otros partidos y otras gentes con la misma voluntad, sacrificio y ganas de disputar a los poderes su hegemonía. El libro menciona que las cárceles han estado llenas durante todos los años de la dictadura de otra sal y pimienta pero reconoce al PCE, el Partido, su capacidad numérica -minoritaria para la labor titánica que acomete con escasos medios-, la atracción que logra y su organización disciplinada. Era la referencia opositora al franquismo y los dirigentes aperturistas porque era necesaria su interlocución si quería legitimarse como oposición al franquismo.
Compatibilizar la racionalidad y el voluntarismo constructivo
El libro no hace un repaso a los fusilamientos, la miseria y las carencias de la vida presidiaria de las cárceles. No es su función y hay algunos escasos libros publicados en editoriales pequeñas. Este asunto de la represión franquista, la memoria histórica, sigue sin tener el reflejo necesario para ilustrar a las nuevas generaciones y que se vacunen contra el odio y el supremacismo.
Finalmente, el libro recoge una serie de reflexiones del autor sobre la situación y la crisis actual y cómo los surcos ideológicos e identitarios continúan (derecha española, socialdemocracia liberal, nacionalismo catalán y vasco, UP) aunque labrados por otros personajes y siglas y la necesidad de acertar en las respuestas ante la crisis del COVID19, del modelo económico (con limitadas empresas autóctonas industriales y una gran dependencia del sector turístico) y de la construcción europea. Ante todo ello, el autor vuelve otra vez al título del libro: hay que estudiar, reflexionar y compatibilizar la racionalidad y el voluntarismo constructivo en España y sus partes.
El libro, excelente, cuenta una historia de otra generación, una discusión sobre lo que hay que hacer y cuándo en la prisión de Burgos, muchos años después de la guerra, con hombres que llevan muchos años en la cárcel y en la lucha, con sacrificios vitales sin cuento. Pero es actual porque es un reclamo a la necesidad de pensar, reflexionar y acertar colectivamente. También, de forma implícita, sobre el sujeto político de los de abajo para decidir su futuro y el de sus hijos.
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