QUE LA CAJA DE AHORROS DEL MEDITERRANEO TUVIERA COMPROMETIDOS EL 98% DE SUS CRÉDITOS EN EL SECTOR INMOBILIARIO ES EL VÉRTICE DE ACUMULACIÓN DE RIESGO SECTORIAL
La economía, al igual que la geología, estudia fenómenos que son perceptibles y los que son menos, pero que son igual de reales. Los que tienen algunos años se acordarán de que el Banco Hispano Americano o el Central, el Banesto,… eran los grandes bancos de la España de los sesenta o setenta. O Galerias Preciados… ¿Dónde están?.
Hay movimientos económicos muy perceptibles originados por cambios tecnológicos que hacen que algunas empresas pioneras se conviertan de la noche a la mañana en emporios destacados. Por la misma razón, empresas relevantes, que perdieron el tren de la tecnología, desaparecen, Kodak por ejemplo.
Ya no es tan evidente el sobrepaso económico de unas empresas por otras, por ejemplo en el sector financiero que, con una similitud de productos, avanzan más que otras. Ahí está la gestión. Y en la gestión hay muchas parcelas: la captación de pasivo, la política de créditos, la diversificación de riesgos –sectoriales y espaciales-, los costes operativos, la tensión de captación a corto y su permuta por una política de créditos a largo; la política de inversión en activos no financieros, control de empresas de otros sectores,…
Para su comprensión debemos hacer series de datos largas en el tiempo, para conocer las tendencias. No vale la comparación bianual. Es en este aspecto donde se hace más comprensible la caída de las cajas de ahorros y su conversión en entidades bancarias gobernadas por otros parámetros.
Las Cajas de Ahorros estaban constreñidas principalmente a un territorio local-regional. Después a una escala nacional, aumentando sus redes de sucursales como setas, intentando captar al consumidor de la esquina, aumentando sus costes operativos. Su diversificación crediticia –ligada a su expansión espacial- ha sido más limitada, porque buscaban la participación crediticia en el sector inmobiliario buscando fidelizar al hipotecado final como cliente. Encima, ante la ausencia de un ahorro suficiente local, su necesidad de dinero para expandirse en créditos a largo (alguien se acuerda la concesión de créditos a 30 ó más años) lo satisfacían pidiendo créditos en el exterior a corto plazo, pensando en una eterna refinanciación. Que la Caja de Ahorros del Mediterráneo tuviera comprometidos el 98% de sus créditos en el sector inmobiliario es el vértice de acumulación de riesgo sectorial y explica que, ante el cambio de coyuntura y la sinrazón de la burbuja –que nadie PP-PSOE, Banco de España, Banco Central Europeo y el conjunto de cada uno de los consejeros y consejeras de todos los partidos, sindicatos y otras asociaciones paró- se cayeran muchos naipes. Cada fracaso empresarial tiene sus causas. Incluyendo fusiones dictadas por criterios de ocultación de gestiones pasadas por encima de planteamientos económicos.
Por contra, hubo otras gestiones más afortunadas –desde el punto de vista capitalista, dado que pasó el riesgo de una empresa a otra y ésta última se equivocó-. Por ejemplo, el Banco de Santander vendió todas sus oficinas de las sucursales consiguiendo dinero en caja para poder realizar inversiones con fondos propios, en la época de los precios más altos de la burbuja inmobiliaria. La Caixa tiene participaciones industriales muy rentables, etc.
Pero hay un sustrato desgraciadamente continuo en el tiempo en la economía española. El relativo pequeño tejido productivo español; su gran atomización; escasa externalización; limitada innovación; y capacidad de asunción de riesgo empresarial. Véase el ejemplo del Sr. Revilla que vendió su fábrica de chorizos, donde era especialista y con gran potencial de crecimiento a una multinacional, para dedicarse al sector inmobiliario.
Con estas limitaciones los diferentes Gobiernos han vendido el sector empresarial público, son morosos con la investigación y confían en la permanente estabilización salarial e impositiva (o su baja) para ser atractivos ante los gerentes de multinacionales para que localicen su producción en nuestro país. Ahora, este país ve como se están desvaneciendo la capacidad de generación empresarial de las cajas de ahorros. Y no dejan poner nombres y apellidos a este desaguisado.
Juan Muñoz, profesor de Estructura Económica, ahora desaparecida de la academia, invadida ésta de Teoría Económica acrítica, escribió un libro que por directrices franquistas no fue reeditado y su autor u otros en democracia no han continuado su investigación que se titulaba ‘El poder de la Banca en España’ editorial (autónoma) ZYX. Retrataba el ingente poder financiero e industrial que habían logrado concentrar los principales bancos y banqueros españoles al amparo de la dictadura de Franco. En un mercado cerrado y con poder de escribir en el BOE. Sería necesario revisar el quién es quién de la nueva España, con un mercado globalizado pero con suficiente poder de lobby, que han llevado los barcos hasta los arrecifes. Algunos serán la continuación de esa época. No hay tanta movilidad social. Otros serán nuevos. Todos se han enriquecido a costa del resto, empobreciendo al país.
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