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España entrena a Israel días antes de los ataques a Palestina y Líbano

Santiago González Vallejo

Economista. Ligado a diferentes asociaciones y plataformas. Cofundador del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe. Ha trabajado en USO en acción sindical y en la Secretaría de Acción Internacional y Desarrollo Sostenible. Cree que un problema democrático es la falta de redistribución económica.

20 julio 2006

El Gobierno de Rodríguez Zapatero autorizó al Ejercito español a realizar maniobras militares aero-navales en el Mar Negro dentro de un ejercicio de la OTAN, COMO 06, entrenando a Israel en este cercano mes de junio, días antes de las operaciones criminales que dicho Estado está realizando en Gaza y Líbano.

No es la primera vez que se autoriza a participar, dentro de la OTAN, en ejercicios militares con Israel, un país invasor y ocupante de territorios árabes. En el mes de mayo, por primera vez en la OTAN, hubo participación israelí en el ejercicio, que tuvieron la osadía de denominar humanitario, Spring Flag 06- Volcanex 06, dentro del Grupo Aéreo Europeo. Pero en esta escalada de asumir y apoyar la normalización con un Estado que comete violaciones constantes de la Carta de las Naciones Unidas se ha pasado de comercializar con armas, dejando sin contenido práctico el Código de Conducta que se supone informaba las transacciones exteriores en esta materia, fortaleciendo la industria militar israelí y, de paso, su práctica de hechos consumados impunes, a entrenar al Ejército israelí de forma singular. ‘Superando’ barreras políticas anteriores. Este Gobierno. Como el estadounidense.

Así, La Voz de Galicia [véase texto de la columna izquierda] el día 4 de julio, recoge que en dichas maniobras Cooperative Mako-06, «se da la circunstancia de que, por primera vez, unidades de superficie de la Armada israelí se han adiestrado conjuntamente con barcos de la OTAN, concretamente con uno de los navíos españoles».

Volviendo a distanciar aún más, las palabras del Gobierno de Rodríguez Zapatero de la realidad de sus actuaciones concretas.

Discurso gubernamental socialista que, por otra parte, en su aproximación a Oriente Próximo desde el comienzo del mandato del Ministro Moratinos, un gran experto y por lo tanto que aún conociendo la historia y la situación palestina, repite cansinamente la terminología y ‘argumentario’ occidentalista. Convencido y sin matices. Se vio en la aceptación acrítica del listado de organizaciones terroristas dictada por Estados Unidos; en la reclamación asimétrica a los futuros partidos gobernantes de las elecciones palestina e israelí, ultimatun a los palestinos, clamoroso silencio ante el programa estratégico sionista; el olvido de presos palestinos y árabes; el mirar para otro lado ante las leyes racistas israelíes y la postergación de los refugiados; o la inacción en la aplicación del dictamen de la Corte Internacional de Justicia de la Haya sobre la obligación de derribar el Muro del Apartheid y a reclamar indemnizaciones, etc.

Persiste en buscar fórmulas caritativas que orillen al Gobierno legítimo palestino sin objetar a la potencia ocupante a la que se le regalan Hojas de Rutas que no inciden, en ningún momento, en revertir la colonización o la construcción del Muro.

La destrucción de infraestructuras civiles palestinas y, ahora, libanesas, algunas de ellas donadas por nuestro país o la Unión Europea, por parte israelí, nunca ha tenido como consecuencia una reclamación económica al estado destructor, por parte española o de otro país o de la Organización de las Naciones Unidas. Todo lo contrario, se le siguen premiando sus obras con acuerdos militares, comerciales, culturales, etc. El objetivo estratégico sionista de destruir la economía palestina y lograr la emigración de su población y mientras tanto, hacerla subsidiaria y colonizada por parte israelí (¿dónde se compran en ese mercado cautivo los bienes donados por los caritativos europeos?) se realiza ante los ojos de nuestros gobernantes que prefieren anteponer palabras aparentemente avanzadas, mientras sus hechos los traicionan y nos traicionan.

Si reclaman el fin de la violencia y que se cumpla la legislación internacional es incomprensible su apoyo a la maquinaria militar israelí, a su entrenamiento ­los mismos barcos y aviones israelíes del Mar Negro han bombardeado Líbano y Gaza-, a su industria militar, al ensayo de vuelos tripulados o a distancia -¿para qué ‘acierten’ las bombas que matan a familias enteras palestinas?- o a su negativa a realizar gestiones para suspender el Acuerdo de Asociación de la UE-Israel.

Las palabras del Gobierno socialista y el apoyo, a la carta o a golpe de comunicado, que reciben de determinados aliados se compadecen mal con sus actos.

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