La libertad de expresión hay que defenderla y también la ética. Cuando una y otra confrontan, desde luego no hay que apoyar la difusión o al personaje que defiende postulados contra la libertad, la justicia o la paz
Este es el caso del artista Matisyahu. El defiende al ejército y a este estado israelí que promueven la ocupación de Palestina y la vulneración del derecho internacional (http://observer.com/2007/12/at-fidf…).
Sea judio o no, israelí, estadounidense o español, entiendo que no hay que promocionarle. Menos con dinero público.
Por último señalar que la política de ocupación israelí comprende el boicot a la cultura palestina, incluyendo la discriminación de los palestinos israelíes, y los cierres de centros o asesinatos o encarcelamientos de artistas palestinos. Pero también a propagar que el rechazo a esa política de ocupación es una acción antisemita y así continuar impunemente con la misma. La libertad de expresión y de creación artística no pueden amparar la defensa de crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional contra el pueblo palestino y eso lo debería defender cualquier demócrata, nuestro gobierno y los medios de comunicación y cualquier organizacion que tenga como directriz la defensa de los derechos humanos, sean los afectados palestinos, tirios o troyanos.
Santiago Gonzalez Vallejo
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe
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