El ejercicio busca coordinar a las quince marinas participantes ante una posible crisis.
La F-103 Blas de Lezo vivió estos días su bautismo de fuego en el mar Negro. El navío, que fue construido y tiene su base en Ferrol, participó en el ejercicio de la OTAN Cooperative Mako-06 (COMO-06), que finalizó el pasado viernes y en el que han intervenido 2.000 militares, 50 civiles, 26 buques y seis aviones; todos ellos procedentes de quince países. El comandante del operativo, el contralmirante Teodoro López Calderón, jefe de la agrupación marítima permanente número dos de la Fuerza de Respuesta de la OTAN, va embarcado en la Blas de Lezo.
El objetivo de COMO-06 fue el desarrollo de la interoperabilidad entre las fuerzas desplegadas por la OTAN (españolas, alemanas, italianas, búlgaras, francesas, griegas, turcas, rumanas y británicas); y las enviadas por el programa Asociación para la Paz (Albania, Azerbaiyán, Croacia y Georgia) y por países miembros de Diálogo Mediterráneo (Argelia e Israel). También han presenciado las maniobras observadores de Japón y Arabia Saudí, país miembro de la Iniciativa de Cooperación de Estambul.
La presencia española no se limita a la Blas de Lezo. También está presente el cazaminas Tajo, integrado en la agrupación permanente de medidas contra minas de la OTAN. Además, se da la circunstancia de que, por primera vez, unidades de superficie de la Armada israelí se han adiestrado conjuntamente con barcos de la OTAN, concretamente con uno de los navíos españoles.
COMO-06 comenzó el pasado día 19 en las aguas adyacentes a la ciudad rumana de Constanza. Los ejercicios consistieron en el desarrollo de operaciones en un escenario ficticio de crisis. Más exactamente se ensayaron acciones de interdicción marítima, limpieza de minas y protección ante ataques procedentes de submarinos o aeronaves enemigas.
El personal civil también juega un papel importante en los ejercicios: equipos de Cruz Roja y de Naciones Unidas han colaborado con las fuerzas militares en actividades de control de refugiados y ayuda en desastres naturales.
La reina europea del mar
La F-103 Blas de Lezo es la tercera hermana de la saga de las F-100. Salió de los astilleros ferrolanos en mayo de 2003, precedida por la Álvaro de Bazán y la Juan de Borbón. La siguiente en la lista, la Méndez Núñez, está en manos de la Armada desde el pasado 21 de marzo.
Habrá una F-105, que aún no se ha empezado a fabricar, y, si el Gobierno accede a las peticiones de la Marina, una sexta.
La Blas de Lezo lleva una tripulación de 200 personas, mide 146,7 metros de eslora 18,6 de manga. Desplaza a plena carga 6.250 toneladas, es capaz de alcanzar velocidades de 28 nudos, 53 kilómetros por hora, y tiene una autonomía de 8.834 kilómetros. Podría llegar a Florida desde Ferrol en siete días.
El mejor radar del mundo
Su punto más fuerte, igual que el de toda la serie, es el sistema Aegis, el más moderno del mundo, que la pone en igualdad con las unidades de primera línea de la Marina de los Estados Unidos. Aegis utiliza un radar tridimensional capaz de seguir simultáneamente a 90 blancos en movimiento. También puede dirigir proyectiles antiaéreos o de superficie.
La fragata está fuertemente armada. Dispone de dos lanzadores cuádruples de misiles antibarco Harpoon, dos lanzadores dobles de torpedos, un cañón de 125 milímetros capaz de hacer fuego veinte veces por minuto a un alcance de 23 kilómetros, un lanzador vertical de misiles con capacidad para 48 proyectiles y cuatro lanzadores de contramedidas para confundir misiles enemigos. Además, transporta un helicóptero Seahawk SH 608 equipado para operaciones antisubmarinas y de combate de superficie.
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