Veo un desequilibrio, estadounicéntrico y seguidismo de El País con respecto a la situación de Pablo González y Evan Gershkovich
Ambos, periodistas, están detenidos por las autoridades polacas y rusas respectivamente. Ambos tienen antecedentes familiares rusos, saben ruso y están acusados de ser espías.
Pablo González, ciudadano español, es un periodista, con actividad precaria, free lance en muchas ocasiones. Gershkovich, estadounidense, es corresponsal de The Wall Street Journal, un periódico cuyas páginas económicas son leídas por, entre otros, el establishment.
El primero, Pablo González, estaba en la frontera polaca trabajando en el desplazamiento de refugiadas ucranianas. Gershkovich, parece que estaba trabajando sobre el reclutamiento de tropas rusas.
El despliegue informativo y de proclamas sobre la libertad de expresión está siendo muy desigual. Precaria para Pablo, como muchos trabajadores de los medios españoles. Portada internacional y editorial dedicado para otro, que trabaja en un medio de referencia de lectores con posibles. Omisión y realce.
Parece que sí es de Estados Unidos el afectado y como los rusos son los malos, El País tiene todas sus antenas desplegadas y repite los mensajes correctos. No ve, ni hace editorial, no interroga a nuestras autoridades, no investiga, ni discute lo que dicen las autoridades polacas, porque deben ser los buenos.
Los medios españoles están haciendo un seguidismo a lo que la agenda estadounicéntrica prioriza u omite. Incluso El País, por lo que no se ve reflejado en sus páginas.
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